¿Qué es la infertilidad?: Pérdidas gestacionales
En la parte 1 de esta serie sobre infertilidad hablamos sobre el primer escenario: cuando el diagnóstico se hace en función del tiempo que lleva intentando concebir una pareja sin lograrlo. En este artículo hablaremos del segundo escenario: cuando el diagnóstico se hace después de dos o más pérdidas gestacionales consecutivas.
Las pérdidas de embarazo, o abortos espontáneos, ocurren con más frecuencia de lo que se cree. De acuerdo a la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASMR) entre el 15% y el 25% de los embarazos no llegan a su fin. Incluso hay quienes consideran que el porcentaje puede ser más alto, pues hay pérdidas que ocurren en etapas muy tempranas, antes de que las personas gestantes sepan que están embarazadas. Sin embargo, solo el 5% de las personas experimenta pérdidas gestacionales recurrentes.
Lo primero que debes saber sobre cualquier pérdida es que en la enorme mayoría de los casos no tiene nada que ver con lo que la persona embarazada hace o deja de hacer: ¡una pérdida no es tu culpa! Las causas son muchísimas y se asocian con las distintas etapas del embarazo.
Pérdidas gestacionales en el primer trimestre
El 75% de las pérdidas ocurre en esta etapa y se pueden asociar a la calidad del óvulo o el espermatozoide. Los principales motivos son dos:
- Anormalidad en los cromosomas: cuando existen cromosomas de más o cromosomas de menos es común que suceda un aborto espontáneo. La probabilidad de que esto ocurra aumenta con la edad de la mujer.
- Embarazo químico o bioquímico: ocurre antes de la quinta semana de embarazo, la prueba da un resultado positivo, pero el embrión no se desarrolla.
Pérdidas gestacionales en el segundo trimestre
Ocurren mucho menos, y no suelen estar relacionadas con la calidad del óvulo o el espermatozoide.
- Infecciones: se pueden dar por virus, bacterias u hongos. Estos pueden ocasionar corioamnionitis histológica, una infección o inflamación en la placenta. La corioamnionitis también se puede presentar por rompimiento temprano del saco amniótico. Otra infección puede ser la listeriosis, una infección causada por una bacteria que se encuentra a veces en la carne o en los productos lácteos no pasteurizados.
- Insuficiencia cervical: se sabe poco de las causas de esta condición, pero ocurre cuando el cérvix se empieza a dilatar antes del término del embarazo.
- Malformaciones uterinas: algunas malformaciones pueden perjudicar la capacidad del útero de expandirse y esto, a su vez, afecta el desarrollo del feto. También se puede dar el útero septado, que es cuando un tabique divide el útero en dos y, aunque es difícil de diagnosticar, se puede tratar quirúrgicamente. Otro escenario es el de los fibromas en el útero o miomas uterinos que aparecen en raras ocasiones y pueden ocasionar pérdidas.
- Enfermedades crónicas: la diabetes y los desórdenes autoinmunes pueden afectar el embarazo. En cualquiera de los casos, lo más importante es llevar un control riguroso de la condición durante el embarazo.
Pérdidas gestacionales después de las 20 semanas
Se estima que ocurre solo en el 1% de los casos, y en muchas ocasiones no se encuentra la causa. Pero algunas pueden ser:
- Problemas en la placenta: el desprendimiento prematuro de la placenta es lo más común y aunque a veces se da por algún golpe, normalmente no se logra definir el motivo.
- Problemas con el cordón umbilical: muy rara vez el cordón umbilical puede enredarse o aplastarse en esta etapa. Cuando ocurre, esto impide que el feto reciba oxígeno.
Es fundamental siempre tener presente la relación entre una pérdida gestacional y fertilidad, ya que una pérdida no implica otra pérdida. La gran mayoría de las personas después de un aborto espontáneo logran un embarazo saludable. Y, en el caso de aborto recurrente, existen muchas alternativas de tratamientos como la fertilización in vitro, cirugías para corregir malformaciones uterinas e incluso hay casos en los que basta con la medicación correcta. Si has tenido pérdidas gestacionales recurrentes, agenda una cita en Fertilidad Integral, nuestros especialistas en fertilidad te darán la orientación adecuada.
Bibliografía